Diversidad y experiencia: Una entrevista con Daniel O’Donnell

Daniel O’Donnell
Daniel O’Donnell
For the original [longer] interview in English, click here.

Para ver la entrevista original en inglés con hipervínculos a las referencias mencionadas en este texto, picar aquí.

Esta es una versión abreviada, editada por Ernesto Priego y Daniel O’Donnell.

Traducción al español de Julia Maciel.

Ernesto Priego: ¿Podría presentarse?

Daniel McDonnell: Soy un humanista digital y anglosajonista. Me formé principalmente en Filología Anglosajona en la Universidad de Toronto (1989) y Yale (1996). Toronto y Yale eran muy sólidas en lo que se podría entender como estudios medievales tradicionales: por un lado, con un fuerte énfasis en lengua y en la lectura detallada de fuentes primarias, y por otro en el sentido de que siempre quisieron usar la tecnología siguiendo los pasos del Padre Busa. Cuando era estudiante de grado trabajé en el Dictionary of Old English [Diccionario de Inglés Antiguo], principalmente indexando estudios semánticos. El DOE fue el primer diccionario basado en un corpus completamente computarizado, una decisión que fue tomada cuando el proyecto fue planeado en 1972.

En Yale, mi tesis era esencialmente una gigante base de datos: contenía discusiones anotadas de cada una de las variantes textuales del corpus. Las había escrito yo mismo usando un programa de datos (llamado algo así como Notebuilder, si recuerdo bien). Inicialmente, mi supervisor Fred C. Robinson y yo pensamos en entregar la base de datos como mi tesis. Sin embargo, decidimos al final que tal vez no valdría la pena la batalla. Y, para ser sincero, también pensamos que sería una mejor tesis si la base de datos estuviera acompañada por un análisis escrito.

Creo que lo más interesante de mi  carrera para mí hasta ahora ha sido de hecho la transición que hice de alguien que se definía a sí mismo como anglosajonista a alguien que se define principalmente como Humanista Digital. Luego de mi disertación, comencé a editar el poema inglés Cædmon’s Hymn con la intención de publicarlo como texto digital. Cuando la edición estuvo acabada, planeé volver a ser anglosajonista y dejar a un lado las cuestiones digitales. Solía quejarme de que haberlo publicado digitalmente le había sumado cinco años más al proyecto.

Sin embargo, cuando el proyecto estaba por terminar, me involucré con Digital Medievalist y el Text Encoding Initiative (TEI) y comencé a trabajar cada vez más con académicos con quienes compartía como interés el uso de las tecnologías digitales en las humanidades más que los estudios Anglosajones: eran sinólogos, clasicistas, eslavistas, modernistas, etc. orientados a lo digital.

Más recientemente esta definición  como humanista digital está comenzando a reemplazar mi identidad como académico textual: acabo de asistir al congresoVAST Virtual Archaeology en Brighton, seguida inmediatamente por el congreso de la European Society for Textual Scholarship en Amsterdam. Nunca había ido a la VAST antes, y siempre he considerado la ESTS como una “casa”. Sin embargo, sorprendentemente fue en VAST esta vez donde me pareció que tenía más para contribuir.

EP: Cuéntenos sobre Global Outlook DH. ¿Qué es y cómo tomó forma la idea?

DO: Global Outlook :: Digital Humanities es esencialmente una Comunidad global de prácticas o una identidad para investigadores y estudiantes que usan la tecnología digital para sus investigaciones y estudio de las humanidades, herencia cultural y las artes. Su objetivo primero es proveer medios para alcanzar lo que era relativamente una falta de comunicación entre investigadores provenientes de economías de ingresos altos con aquellos de economías de bajos ingresos.

El primer ímpetu para que me llevó a involucrarme vino de mi percepción de las humanidades digitales como una para-disciplina, una percepción que estaba desarrollándose, como mencioné anteriormente, como resultado de una colaboración aún más cercana con investigadores humanistas digitales que no provenían del ámbito de los estudios medievales.

Lo que gradualmente me llamó la atención fue el hecho de que aunque la variedad de disciplinas de las que provenían mis colaboradores era bastante amplia, no lo eran tanto sus locaciones geográficas. En total, trabajaba con personas de la misma región del mundo: Japón, Norteamérica, Europa Occidental, ocasionalmente Europa Oriental y, por supuesto, las grandes excepciones izquierda-derecha Australia y Nueva Zelanda.

Lo que no tenía eran contactos que vivieran fuera de esta banda: nadie en África, América Latina o el Caribe, Sur y Sudeste de Asia, etc. Además, como demuestra Melissa Terras en su excelente infografía sobre el estado de las humanidades digitales, esto era verdad en la disciplina como un todo: a pesar del extraordinario crecimiento en los últimos años, las HD estaban más o menos asociadas con las mismas regiones. Todas las organizaciones que constituían ADHO venían de esas regiones, como también lo hacían los miembros individuales de estas asociaciones. Con la excepción (en aquel momento) de un solo centro en Brasil y otro en Sudáfrica, en la lista de Terras no aparecían centros de HD fuera de los usuales países del Norte y Australia y Nueva Zelanda. GO::DH fue creada para ayudar a combatir este aislamiento.

Tres eventos precipitaron su desarrollo. El primero fue una serie de discusiones que tuve en Hamburgo en el congreso de DH 2012 con Jieh Hsiang, Marcus Bingenheimer, Christian Wittern, Peter Bol, Neil Fraistat, Harold Short, y Ray Siemens sobre las oportunidades y los desafíos de trabajar con humanistas digitales en China y Taiwan; esto llevó a la formación de una lista de correo electrónico (globaloutlookdh-l@uleth.ca) y el desarrollo de una pequeña organización GO::DH liderada por Marcus y yo. El segundo fue cuando Neil me puso en contacto con Alex Gil, que estaba comenzando su excelente proyecto Around DH in 80 Days [alrededor de las HD en 80 días]. Y la tercera fue que INKE organizó el encuentro Birds of a Feather en La Habana en diciembre de 2012.

La reunión de La Habana fue muy importante porque se construyó sobre las ideas que habían sido desarrolladas a través de otros dos eventos y porque ayudó a engrosar la membresía del grupo. ¡Y también ayudó realmente a mejorar nuestra propuesta para el grupo!  Si uno compara la propuesta (casi totalmente pre-Cuba) que le hicimos a la Alianza de Asociaciones de Humanidades Digitales [ADHO por sus siglas en inglés] para la formación de un Grupo de Interés Especial con la descripción del proyecto en la página web actual, por ejemplo, se pueden ver grandes diferencias en el énfasis.

El documento original es principalmente sobre “nosotros” y “ellos”: se pregunta por qué gente de economías de ingreso medio y bajo no son parte de las HD como las practican aquellos provenientes de economías de altos ingresos; y hace la pregunta desde una perspectiva de país rico (como era apropiado puesto que estaba hecha para una organización compuesta en su totalidad por investigadores que trabajaban en países de economías de ingreso alto). En la reunión de Cuba, sin embargo, nos dimos cuenta de lo importante que era cambiar el foco hacia “nosotros”: la descripción actual de nuestro proyecto hace explícito que una red global no se trata de ayudar sino de reconocer todo lo que tenemos para compartir, enseñar y aprender unos de otros.

Un ejemplo de cómo esto funciona es el grupo de trabajo sobre computación minimalista. Se trata de un grupo que desarrolló un tema interesante de investigación a partir de lo que la mayoría de nosotros (y los cubanos también como participantes de la reunión de países de ingreso alto) veíamos inicialmente como simples déficits en la infraestructura cubana: por ejemplo, la falta de banda ancha y las computadoras viejas.

No obstante, discutiendo sobre este tema comenzamos a darnos cuenta de que estos problemas de infraestructura nos daban lecciones que eran globalmente beneficiosas para la comunidad de las HD: lecciones sobre cómo asegurar el mayor acceso posible a los trabajos de cultura digital puede ser útil en el nivel global.

Muchas veces los humanistas digitales en lugares como Norteamérica y Europa Occidental quieren trabajar con la suposición de que la audiencia tiene acceso a la última tecnología y a la infraestructura más poderosa. Pero al hacerlo olvidamos que esto ni siquiera es verdad para las audiencias que vivien en países más ricos: por ejemplo, estuve trabajando recientemente con imágenes 3D de una cruz de una iglesia en la Escocia rural: mientras algunos de los parroquianos en este caso tenían acceso a los equipos de computadora más sofisticados, otros o no tenían una computadora propia o tenían una vieja, de los años 90. Mis ideas sobre cómo lidiar con estas audiencias ya habían sido formadas a partir de las discusiones que habíamos tenido en GO::DH.

 

ADHO logo

EP: Siguiendo con lo que está diciendo, déjeme hacerle una pregunta que puede ser difícil, pues el dinero es una cuestión clave sobre la cual todavía es difícil de hablar entre culturas. ¿De dónde provienen los fondos para GO::DH? Muchas veces el sólo compartir experiencias requiere de un espacio privilegiado que se da por hecho: el tiempo para hacerlo, las herramientas precisas, no importa lo básicas que sean. ¿Cómo podemos asegurar que las colaboraciones en un futuro cercano sigan siendo sustentables cuando hay una gran disparidad financiera y contextual entre los colaboradores?

DO: GO::DH está financiado, hasta donde es financiado, de dos maneras. La primera y más obvia es una pequeña suma proveniente de la oficina del vicepresidente (investigación) de la Universidad de Lethbridge. Pero la financiación más sostenible viene del esfuerzo de sus voluntarios.

Esto es algo que creo que a menudo subestimamos en las Humanidades Digitales. Aunque la Universidad de Lethbridge inicialmente me dio 5.000 dólares para la administración de GO::DH, ese dinero es al mismo tiempo muy poco y demasiado para lo que necesitamos. Si no estamos realmente pagando sueldos (para lo que 5.000 no sería suficiente), ¿en qué podríamos gastarlos? En términos de gastos diarios, es en verdad el tremendo entusiasmo y deseo de los demás de dar una mano lo que realmente mantiene GO::DH.

Yo digo que este es un recurso subestimado en HD porque lo he visto muchas veces jugar un rol importante. La iniciativa de Text Encoding (TEI), por ejemplo, tiene un presupuesto de entre $80 y $100.000 por año para pagar contadores, soporte de sistemas, viajes y demás. Pero el verdadero centro de sus actividades es el trabajo del consejo, un equipo de organización de conferencias y editores del Journal of the TEI [Revista del TEI]. Y este es un trabajo de valor que no se podría pagar con sólo $100 mil por año.

La cuestión clave con organizaciones de este tipo es explotar el valor inherente que contienen: es decir que su valor de intercambio hace el trabajo conjunto mutuamente beneficioso tanto para los voluntarios como para la organización. Ésto se logra transformando la actividad en publicaciones, proveyendo experiencias de liderazgo y otras experiencias que son útiles para un CV, o creando oportunidades para volverse conocido y/o tener un impacto en su campo.

Cuando las cosas funcionan, como creo que lo han hecho hasta ahora en GO::DH, esta financiación basada en un trueque oculto nos deja suficiente espacio para hacer cosas creativas con el dinero que podemos conseguir. En este caso, porque no necesitamos realmente dinero para hacer andar las cosas, pudimos utilizar el dinero de la Universidad de Lethbridge para apoyar un programa de becas para investigaciones innovadoras.

Para contestar la última parte de tu pregunta: practicidad y disparidad de oportunidades. Esto también es un reconocimiento fundamental en el corazón de las GO::DH: que el acceso al dinero es también una experiencia diferencial. Incluso entre economías de ingreso alto, las oportunidades de financiamiento varían mucho. Pero el acceso al financiamiento no es simplemente un área en esos países: hay muchas oportunidades, especialmente en los sectores filantrópicos internacionales y privados, que son restringidos o que requieren participación de investigadores de economías de ingresos medios y bajos.

Uno de mis objetivos para este primer años en GO::DH es crear mecanismos a través de los cuales podamos empezar a acceder a estos financiamientos. Y una vez más, se trata de juntar diversas experiencias para construir algo que sea mayor que sus partes.

Yo espero, por ejemplo, armar un grupo de trabajo de financiamiento que incluya gente con un historial de éxito y experiencias con varios tipos de fondos: agencias nacionales, Naciones Unidas y otros grupos internacionales, y las tantas fundaciones interesadas en los intercambios internacionales. Yo creo que podemos acabar  realmente ayudándonos unos a otros buscando formas de colaborar atravesando fronteras regionales y económicas, tanto para nuestra investigación como para nuestra búsqueda de fondos.

EP: La mejor de las suertes; el proyecto lo merece. Me parece que la sustentabilidad debería ser una cuestión central: ¡es una vergüenza cuando proyectos valiosos desaparecen y los recursos que ellos crean sufren un deterioro digital cuando los fondos dejan de existir!

Una última pregunta: ¿cómo ve personalmente el rol de las humanidades digitales globales en la defensa de las humanidades? En otras palabras, ¿qué pueden hacer las iniciativas de HD alrededor del mundo para comunicar la importancia de las humanidades como un campo general del conocimiento?

DO: Es interesante que preguntes esto porque, de cierta manera, el pensamiento que me lleva a mi participación en el desarrollo de GO::DH viene de hecho de una pregunta mayor. Durante muchos años mi departamento recibía una lista anual de títulos de crítica literaria de la India para que nuestra biblioteca considerara su compra. No se trataban (especialmente) de libros sobre literatura de la India, o abordajes poscoloniales a la literatura, ni nada que representara algo que pudiéramos considerarlo una “especialidad” de la India. En cambio, eran libros sobre una gran variedad de estudios literarios: literatura de la India, africana, victoriana, medieval, etc.

Lo que siempre me llamó la atención fue cuán pocos de esos libros nosotros pedimos. De hecho, vengo sospechando desde hace un tiempo que las humanidades tradicionales sufren del mismo tipo de brecha entre redes de trabajo que las que mencioné antes en relación con las HD.

Las humanidades digitales, a mi entender, ofrecen una forma de abordar esta brecha porque enfatiza en las habilidades para-disciplinarias que se comparten por sobre las habilidades disciplinarias y redes que mantienen a las personas alejadas. Es decir, siempre he sentido que sería más fácil hacer que la gente compartiera aspectos de su vida como investigadores, profesores y estudiantes si pudiéramos primero presentarlos unos a otros a través de sus habilidades extra-disciplinarias e intereses que comparten.

Un modelo de esto es, una vez más, Digital Medievalist. En los estudios medievales la causa de la brecha en la red de trabajo no es la economía (principalmente) sino la amplitud de la “disciplina”: un campo que cubre aproximadamente un milenio a lo largo de Europa, Oriente Medio y África del Norte, a través de varias lenguas y que envuelve muchas veces especializaciones de investigación muy definidas va a tener grandes grupos de gente que nunca se habla.

Digital Medievalist acota esta brecha enfocándose en los intereses para disciplinarios que son compartidos por medievalistas que usan tecnología. El resultado es una comunidad en la que muchas de las personas que trabajan en el ejecutivo y en la revista pertenecen a disciplinas que, en los estudios medievales tradicionales, nunca estarían en contacto. Hispanistas que trabajan con germanistas que trabajan con anglosajonistas, etc.

Creo también, como sugiere tu pregunta, que las HD tienen un rol muy importante en la defensa del valor de las humanidades. Desde mi punto de vista, el arribo de lo digital en el estudio humanístico es lo que nos asegura nuestra relevancia: las computadoras son las “aplicaciones asesinas” de las Humanidades. Ambas nos dan la oportunidad de responder a urgentes cuestiones sociales de una manera que otras disciplinas no pueden hacerlo y les permiten a nuestros estudiantes aplicar habilidades que adquirieron en el curso de sus estudios tradicionales en formas que tienen más sentido en sociedades contemporáneas.

En otras palabras, lo realmente interesante de la internet no es la infraestructura que está por detrás (la mayor parte tecnología relativamente estable) sino que permite nuevas formas para comunicarnos, organizarnos y difundir la cultura. Cómo las redes sociales de adolescentes fueron afectadas por Facebook es una pregunta de los sociólogos, no de ingenieros; cómo la práctica de bloguear y escribir mensajes de texto está afectando la escritura es una pregunta de los retóricos, lingüistas e historiadores de la literatura más que de los científicos en computación; cómo la social media está afectando los mecanismos de gatekeeping en las comunicaciones académicas y científicas es principalmente una pregunta de los historiadores de la ciencia más que de la ciencia de la información.

Asimismo, la tan aclamada habilidad de pensar críticamente y expresarse bien de nuestros estudiantes no pasa de tener un valor en sí mismo si no les enseñamos también cómo usar este entrenamiento en el mundo real, en red y computarizado. Los cursos de HD, especialmente aquellos que ofrecen experiencia técnica, ofrecen una ruta obvia hacia la certeza de que los graduados en humanidades están aptos para participar en forma plena en la vida social y económica luego de su graduación, ya sea en términos de su habilidad de encontrar empleos significativos o su habilidad de actuar como ciudadanos comprometidos.

Entonces, al final, creo que las Humanidades Digitales jugarán un rol crucial en la defensa de las humanidades. Por un lado, porque la para disciplina es la que une lo que de otra forma es una colección fracturada de disciplinas culturales e históricas relativamente definidas y aisladas; por otro, porque trae a las humanidades una practicidad y extensibilidad que nos permite argumentar más sólidamente sobre la relevancia social de lo que la sociedad (en líneas generales) nos paga para enseñar e investigar.

 

Para ver la entrevista original en inglés con hipervínculos a las referencias mencionadas en este texto, picar aquí. Esta es una versión abreviada, editada por Ernesto Priego y Daniel O’Donnell.

Traducción al español de Julia Maciel.

About Ernesto Priego

Researcher at the Centre for Human-Computer Interaction Design, City, University of London. Editor in chief of The Comics Grid: Journal of Comics Scholarship. Affiliated member of the UCL Centre for Digital Humanities.

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